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16 Oct ¿Cuánto duele hacerse un tatuaje? Todo lo que necesitas saber
La preparación, clave ante el dolor de un tatuaje
La práctica del tatuaje está íntimamente ligada a la experiencia del dolor. Forma parte del ritual, y así ha de ser entendido. Pero por mucho que tengamos asumida la idea de que no solo hemos que disfrutar del destino, sino también el viaje, es comprensible que la mayoría de las personas que deciden tatuarse en una zona del cuerpo “virgen” quieran saber por anticipado qué grado de sufrimiento van a tener que afrontar.
Lo primero que debemos saber es que el dolor es, por definición, una experiencia subjetiva. Está descrito médicamente como un fenómeno complejo y multidimensional, en el que no entran en juego solo factores físicos y sensoriales, sino también emocionales e incluso socioculturales.
La ansiedad y el pesimismo son algunos de los elementos que inciden directamente en el grado de tolerancia al dolor de unas personas respecto a otras. Precisamente por esta razón conviene tomar con precaución los relatos que nos llegan de terceras personas (sobre todo si se trata de alguno de los videos que circulan por internet donde se muestran reacciones absolutamente desproporcionadas de personas a las que se está realizando un tatuaje).
El tatuaje consiste esencialmente en realizar una herida en la piel, lo que desencadena una excitación o estimulación de las terminaciones nerviosas. El dolor, por lo tanto, forma parte del “juego”. En todo caso, la tinta se inyecta en la tercera capa de la epidermis (que es la capa externa de la piel, y se renueva constantemente a lo largo de nuestra vida); es decir, no llega a alcanzar la dermis, situada a más profundidad (entre 1 y 2 milímetros).
Teniendo todos estos factores en cuenta, vamos a tratar de “dibujar” un mapa del dolor de cada una de las zonas corporales donde se realizan tatuajes habitualmente. Utilizaremos un baremo del 0 al 10, aunque ya anticipamos que no hay ninguna zona totalmente exenta de dolor, del mismo modo que no hay ninguna en la que el dolor sea objetivamente insoportable. En términos generales, hemos de saber que las áreas que suelen doler más son aquellas donde la piel es más fina o no están tan curtidas por el roce. Las zonas íntimas, internas, o donde el hueso está más cerca, son las que nos harán “sufrir” un poco más.
Cuánto duele un tatuaje dependiendo de cada parte del cuerpo (de los pies a la cabeza)
Dolor del tatuaje en los pies: 6
Normalmente se tatúa la zona del empeine. Es algo delicada por la proximidad de los tendones, pero es llevadero.
Dolor del tatuaje en los dedos de los pies: 7
Algo más doloroso, debido a la proximidad del hueso.
Dolor del tatuaje en tobillo: de 5 a 7
Un 7 solo si nos referimos a la zona del hueso. Al contrario de lo que suele pensarse, la zona de alrededor del tobillo y en la superior, que ya se une con la pierna, no es tan dolorosa (la valoramos con un 5 aproximadamente).
Dolor del tatuaje en espinilla: 8
Bastante doloroso, puesto que aquí el hueso está a flor de piel (apenas a 2 centímetros de distancia del punto hasta el que se introduce la aguja).
Dolor del tatuaje en gemelos: 4
Tanto la parte trasera como los laterales son zonas cómodas, tanto para el cliente como para el tatuador. El dolor depende también de la postura en la que se coloque al cliente.
Dolor del tatuaje en rodilla: 8
La parte delantera duele más por ser una zona con articulaciones, y la trasera por ser un área con piel fina y poco acostumbrada a los roces.
Dolor del tatuaje en muslo: de 3 a 8
Tan solo un 3 en la parte frontal y lateral. La parte interna es bastante más dolorosa (8)
Dolor del tatuaje en inglés: 6
Existe la errónea creencia de que es una de las partes del cuerpo más sensibles para el tatuaje, pero no es así.
Dolor del tatuaje en genitales: 8 ó 9
Dolor del tatuaje en glúteos: 6
Es una zona más llevadera para el cliente, porque está revestida de abundante grasa. Sin embargo es algo incómoda de tatuar debido a la tendencia que tenemos todos a apretar el glúteo como acto reflejo.
Dolor del tatuaje en cadera: 6
Especialmente doloroso allí donde el hueso de la cadera sobresale más.
Dolor del tatuaje en estómago: 5
Al llegar a la boca del estómago, justo antes del esternón, es bastante más doloroso. Es una parte del cuerpo más complicada de tatuar, sobre todo cuando el cliente está nervioso y su respiración se intensifica.
Dolor del tatuaje en costillas: 7
Zona con mucho hueso y piel más fina, aunque el dolor es soportable. Es especialmente incómoda para el cliente, puesto que tiene que estar tumbado lateralmente, y con poco apoyo.
Dolor del tatuaje en espalda: de 3 a 5
La zona alta espalda es una de las menos dolorosas (3-4), mientras que los lumbares duelen un poco más (5).
Dolor del tatuaje en pecho y esternón: de 6 a 8
Mientras los pectorales son una zona cómoda tanto para el tatuador como para el cliente, el esternón es bastante más doloroso.
Dolor del tatuaje en clavícula: 7
Dolor del tatuaje en hombros: 3
Dolor del tatuaje en bíceps y tríceps: de 2 a 3
Son áreas muy agradecidas, porque el hueso no está cerca y están muy expuestas al roce a lo largo de nuestra vida.
Dolor del tatuaje en codo: 7
Dolor del tatuaje en antebrazo: 3 (parte exterior) y 4 (parte interior)
Dolor del tatuaje en muñeca: 5
Dolor del tatuaje en mano: de 6 a 9
El lateral de mano, nudillos y dedos, un 7. Desde la última articulación del dedo hasta la uña, el dolor se intensifica hasta alcanzar un 8. La palma, según muchas personas, es la parte del cuerpo en la que más se sufre (9).
Dolor del tatuaje en cuello: 6
Igual que en el caso de las ingles, los tatuajes en el cuello tienen fama de doler mucho, pero no es así. Es más una cuestión de aprensión que de dolor real. Al llegar a la garganta, y debajo de la barbilla, el dolor se eleva hasta un 7, mientras que en la nuca desciende hasta un 5.
Dolor del tatuaje en cara: del 6 al 8
La zona de las patillas es bastante más llevadera (6), mientras que los laterales y la coronilla son más sensibles (7 y 8 respectivamente).
Otros factores que influyen en el dolor del tatuaje
El diseño del tatuaje.
Las línea finas suelen doler más, dado que la aguja ha de clavarse en una superficie más pequeña. Para entenderlo, podemos imaginar unas raquetas para caminar por la nieve; cuanto más ancha sea la raqueta, menos nos hundimos. En términos generales, las zonas de relleno duelen menos, aunque los tatuajes muy grandes y con mucho relleno obligan al tatuador a repasar más veces por la misma zona, lo que inevitablemente produce un dolor adicional.
La técnica de tatuaje.
Las técnicas manuales, como el tradicional japonés tebori, el maorí o la tailandesa (que se realiza con varilla de bambú), transmiten menos sensación de dolor, pero probablemente esto se debe únicamente a que el golpe amortigua la percepción del pinchazo.
El tipo de máquina de tattoo.
La inmensa mayoría de los tatuajes se realizan con máquinas. Las más comunes funcionan con un sistema de bobinas. Existen también máquinas rotativas directas, que duelen más, a menos que cuenten con un pistón o fleje, que amortiguan algo el pinchazo. Tanto en las rotativas como en las de bobina es posible reducir el dolor si se trabaja con cartuchos, que son un tipo de dispositivo más novedoso que, en lugar de utilizar agujas y tubos, funciona con una aguja integrada en el propio tubo.
La experiencia del tatuador.
Un tatuador que no domine la técnica puede llegar a producir más dolor por la tendencia de los primerizos a clavar más la aguja o a no clavarla en el ángulo adecuado. Otra ventaja de escoger a tatuadores con experiencia es la habilidad de éstos para adaptar la intensidad y el ritmo de la sesión a las necesidades y el estado de ánimo del cliente en cada momento.
El espacio.
Las condiciones del local donde una persona decide hacerse un tatuaje influyen de forma inconsciente en su experiencia global. Evidentemente no reduce el dolor en sí mismo, pero sí la percepción que se tenga del mismo. Es importante que el local no esté abarrotado de gente, que el ambiente sea agradable, que la música no sea demasiado agresiva y que la temperatura sea adecuada (ni demasiado calor ni frío).
Consejos antes de tatuarte:
Conviene llegar al local con una expectativa real del dolor asociado a la zona del cuerpo que quieres tatuarte. La preparación mental es esencial para mantener la calma durante la sesión y no vivirla como un sacrificio sino como una experiencia positiva.
Como apuntábamos al inicio de este artículo, no debemos hacer demasiado caso de los testimonios de terceras personas.
No debemos llegar a la sesión en ayunas. Es importante haber comido bien ese día y evitar el café o cualquier tipo de estimulantes. Tomar una valeriana o una tila también puede ayudar.
Es completamente incierta la idea de que las drogas o el alcohol pueden ayudar a reducir el dolor. Más bien al contrario; ese tipo de sustancias incrementan la sensibilidad.
Los antiinflamatorios como el ibuprofeno pueden ayudarte a aliviar ligeramente el dolor y la inflamación, pero solo debes tomarlo si en tu caso no hay una contraindicación médica.
¡Disfruta y vive la experiencia!