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BIO
Victor Asensi. Valencia 1996.
Blusero por castigo, rockero por piedad y tatuador de corazón afirma y atestigua que ha aprendido más de David Bowie que de todos sus años en la escuela. Siempre colgado de un lápiz en su preadolescencia. Pasión y compromiso con el arte desde que recuerda su memoria.
El tatuaje entró en el como un cuchillo en la mantequilla cuando con corta edad su padre lo llevó a ver su primer concierto de verdad. Entre el estruendo de los amplificadores, las imágenes psicodélicas en las pantallas del escenario, las botas de chúpame la punta, los sombreros de vaquero, el olor a hachis y el desconcierto que puede provocar todo eso a un chaval de 9 años reparó en los tatuajes de los músicos como lo más impresionante de esa experiencia revelador. Había otro tipo de vida. Una vida fuera de los canones estipulados de la sociedad. Algo fuera de lo que la gente espera de él. Un submundo de tatuajes, rock and roll y humo de la que nadie le había hablado.
Fue con 18 años cuando entró por primera vez en un estudio de tatuajes como anillador. Tuvo la suerte de estar con personas que respetaban y amaban esta profesión y le enseñaron historia, teoría y práctica. Entró buscando un futuro en el tattoo y acabo encontrando una familia.
Influenciado por muchos artistas del tatuaje tradicional, sus mayores referentes son Sailor Jerry, Filip Leu, Horiyoshi III, Jonathan Shaw, Paul Dobleman entre muchos otros. Sus trabajos principales se basan en el tatuaje tradicional americano, black and grey o color, japonés y blackwork. Con una ambición desmedida por aprender, crecer, progresar y hacerse un hueco en este mundo entra en Noland dispuesto ha marcar de por vida a todo aquel que esté dispuesto a pasar un rato único y tenga ganas de llevarse una pieza de puta madre.
Todas las ideas y proyectos son bienvenidos.
